La duquesa del Infantado reabre el emblemático castillo de Manzanares El Real, pero no será accesible al público
La administración del Castillo Nuevo de los Mendoza, situado en Manzanares El Real (9,000 habitantes), ha sido restituida el 5 de enero a sus propietarios, la Casa Ducal del Infantado, tras la finalización del contrato de arrendamiento que mantenían durante 60 años con la Comunidad de Madrid para su conservación y explotación turística. Por el momento, el monumento, que ha atraído a 407,000 visitantes en los últimos cuatro años, no podrá reabrir sus puertas al público debido a la falta de una licencia.
La gestión cultural y turística del monumento símbolo de la región, que albergó la firma del Estatuto de Autonomía en 1983, vuelve así a manos de la XX duquesa del Infantado, como ya sucedió el pasado mes de septiembre con el parque infantil situado al lado del castillo, después concluir la cesión que su abuelo Íñigo de Arteaga y Falguera, capitán general de la II Región Militar, hizo en 1975 al Ayuntamiento de Manzanares, y tras no alcanzar un acuerdo con el Consistorio para el alquiler o compra de la finca de casi 3.000 metros cuadrados.
El castillo fue erigido en 1475 a instancias del primer duque del Infantado, Diego Hurtado de Mendoza y Figeroa, y construido por el arquitecto de los Reyes Católicos Juan Guas. Ejemplo del gótico tardío y de la arquitectura militar castellana, en sus siglos de historia pasó de fortaleza defensiva a palacio ducal de esta familia noble, una de las más importantes de la Baja Edad Media. En 1965, la entonces Diputación Provincial de Madrid firmó un acuerdo de arrendamiento con la familia por 50 años, prorrogable a otros 10. Junto con el Ayuntamiento de Manzanares, la diputación hizo un gran esfuerzo de recuperación, pues se encontraba en ruinas, y se convirtió en uno de los castillos mejor conservados de España.